El viaje de Chihiro.

Hay una cita en Tumblr que dice "Las películas de Disney llegan al corazón pero las de Studio Ghibli llegan al alma". Por sentimental que suene, es una afirmación inteligente. Por esa razón, los fans del anime de todo el mundo aseguran que El viaje de Chihiro de Hayao Miyazaki es la mejor película animada de todos los tiempos. En el 15º aniversario de su lanzamiento en Japón, Sen to Chihiro no Kamikakushi —que se traduce como "El rapto espiritual de Sen y Chihiro"— sigue sin ser igualada por sus rivales gracias a su mezcla de lo espiritual, lo realista, lo fantástico y lo humano. Por equilibrar todos esos reinos, Miyazaki se volvió una leyenda y, desde su retiro, sigue diciendo que El viaje de Chihiro es la obra maestra de su vida.
En el nivel más básico, la película trata del viaje que emprende una niña llamada Chihiro para liberar a sus padres. Chihiro queda atrapada en un mundo espiritual que recorre trabajando en una casa de baños termales administrada por la jefa Yubaba. Miyazaki dijo que decidió hacer la película basada en la hija de 10 años de un amigo suyo, el productor asociado Seiji Okuda, quien pasó un verano en la casa de Miyazaki. Con esto en mente, decidió hacer una película para niñas de diez años. Es precisamente por eso que parece tan real y es perfecta para todas las edades. ¿Qué tan seguido podemos decir que una película fue hecha para las niñas y no para ganar dinero o para las audiencias convencionales?
Muchos críticos hombres describieron a Chihiro como una niña "consentida" y "huraña", y siguen sin cambiar de opinión. Esta crítica no es ni justa ni acertada. Cuando conocemos a Chihiro, la están alejando de su hogar y de todo lo que conoce para llevarla a vivir a una nueva ciudad. El único recuerdo de sus amigos es un ramo de rosas. "La única vez que me han regalado flores es como regalo de despedida. Qué triste", dice y su mamá le recuerda que su papá le compró uno en su cumpleaños. Lógicamente, no le da importancia. Pocas niñas de 10 años de edad se portarían tan bien en esa situación. Cuando la familia sale del auto, fascinada por el camino hacia el parque temático abandonado que pronto los atrapará, Chihiro hace un "berrinche" porque su intuición es correcta. Sigue a sus padres a pesar de que está preocupada por lo embobados que están y por la apariencia de la comida que nadie está cuidado, una señal de que no deberían estar ahí. Más tarde, los críticos van a ver cómo Chihiro se pasa el resto de la película trabajando no solo por la ignorancia de sus padres, sino por el hecho de que se niegan a escuchar la voz de una niña.
Lo que hace que la historia de Chihiro sea tan diferente es que no se ve forzada a triunfar contra el mal o pasar de ser una criatura "huraña" a una niña buena. Es mucho mejor que eso porque plasma un desarrollo honesto. Miyazaki muestra cómo Chihiro poco a poco se obliga a adaptarse a su entorno y abrirse a las tareas que le esperan, en las cuales invierte todo su esfuerzo. Le cuesta trabajo bajar las escaleras para llegar a ver a Kamaji, el encargado de las calderas, pero al final lo logra. Kamaji la ignora pero Chihiro sabe que debe encontrar trabajo en la casa de baños termales para sobrevivir en este nuevo mundo espiritual y no se detiene hasta convencerlo. Su forma tan cuidadosa de pensar y su determinación son de mucha ayuda cuando se da cuenta de que un dios apestoso en realidad es espíritu de un río contaminado que necesitaba liberarse de toda la basura que tenía. La falta de guión durante la realización de la película contribuye a la evolución natural de Chihiro. "Cuando empezamos a trabajar en la película, la historia no tenía final", dijo Miyazaki para Midnight Eye. "Yo no hago las películas. Las películas se hacen solas. No tengo otra opción más que seguir la historia". El equipo entero debe vivir la realidad del personaje paso a paso y la intuición es tal que se puede sentir.
La narrativa contiene algunos de los cuadros más hermosos del cine moderno, y ni hablar de la animación. Como señaló el crítico Roger Ebert en la reseña que escribió sobre la película, cada cuadros está hecho con una abrumadora cantidad de "generosidad y amor". Decenas de criaturas diseñadas para cada momento, detalles hechos a mano en el fondo, donde cualquier otro director habría usado atajos. Y lo mejor es que tenemos tiempo de respirar y vivir en el mundo de Miyazaki. EL director explicó que las escenas en las que en realidad no pasa nada se llaman " ma" o "vacío". "La gente que hace películas le tiene miedo al silencio, por eso lo llenan de adornos", explicó. "Les preocupa que el público se aburra. Pero que el 80 por ciento de la película esté repleta de acción no significa que los niños te van a poner atención. Lo más importante son las emociones que provocas porque nunca se olvidan". Curiosamente, los momentos "ma" son los que se han vuelto más icónicos con el paso del tiempo, como en el que Chihiro sale al balcón de su recámara y se queda viendo al mar o cuando Chihiro y sus amigos, Sin Cara, Bo y el pájaro de Yubaba, van sentados en el tren con la mirada perdida.
La belleza es universal. Sin embargo, hay algunos detalles que se pierden con la traducción. Muchos conocedores de la lengua japonesa han señalado las pistas visuales en la película que las personas que no hablan este idioma son incapaces de ver. Cuando se acercan al mercado maldito del parque temático al principio de la película, en un cuadro, podemos ver el caracter japonés 狗, que significa perro, lo cual podría hacer referencia a la palabra kuniku, que significa "carne amarga", es decir, algo que requiere un sacrificio personal. También aparece el caracter de "hueso", que podría ser una referencia al dicho japonés hone nashi, que significa "falta de valor moral". Cuando el padre camina a través de un arco, un espectador japonés notaría que algunos de los caracteres están al revés, lo cual confirma el mal presentimiento de Chihiro. Algunos espectadoras han subrayado la repetición de los caracteres yu y me en la película, ya que yume significa "sueño" en japonés.
Los nombres en sí son importantes como significantes de identidad a lo largo de la película. El nombre de Chihiro se compone de dos caracteres, uno significa "mil" y el otro significa "buscar" o "hacer preguntas". Cuando Yubaba quita el segundo caracter del nombre de Chihiro para darle un nuevo nombre y hacerla firmar el contrato, el nuevo nombre de Chihiro, Sen, solo significa "mil". Le arrebatan ese significado: sigue siendo ella misma pero hay una parte de ella que falta. Los nombres de los otros personajes también tienen connotaciones literales. Bo significa "niño pequeño" o "hijo", Kamaji significa "anciano de las calderas", Yubaba significa "anciana o bruja de los baños termales" y Zeniba significa "bruja del dinero".
Como cualquier otra película que ha adquirido estatus de culto, te puedes perder en la infinidad de teorías sobre El viaje de Chihiro. Una de estas teorías sugiere que la película es una alegoría a la prostitución infantil, donde la casa de baños termales adquiere un tono más siniestro. Miyazaki sí llegó a decir que la sociedad japonesa se ha vuelto como la industria del sexo. Otra dice que el mundo espiritual representa el antiguo Japón, que lucha para coexistir con el nuevo Japón, el mundo "real" donde viven Chihiro y sus padres. En este caso, la moraleja de la historia es que, al igual que Chihiro, Japón debería aprender que el mundo antiguo y el mundo actual pueden coexistir pero deben adaptarse y cambiar. Algunos ven las fuerzas opuestas del capitalismo y la espiritualidad en la película. Chihiro tiene que mudarse porque su papá encontró un nuevo empleo. Cuando se acercan al parque temático, su papá comenta que iban a poner un río ahí pero en vez de eso construyeron un parque para ganar mucho dinero. El otro día, un usuario de Twitter preguntó a Studio Ghibli cuál era la relevancia de que los padres de Chihiro se hayan convertido en puercos. Studio Ghibli respondió que la transformación refleja cómo las personas se convirtieron en cerdos durante la burbuja económica de los años 80 en Japón, que fue seguida por la crisis de 1991. Y una vez que una persona se convierte en un puerco, con el tiempo, él o ella va a adquirir el "cuerpo y el alma de un puerco", algo que "no aplica solo para el mundo de la fantasía".
La lección que nos deja El viaje de Chihiro, sin importar nuestra edad, es la importancia del equilibrio. No hay personajes malos, pese a lo pobres que sean tus motivos. Todos tienen un lado bueno, hasta Yubaba, como vemos con su hermana gemela. El monstruo del lodo en realidad no es tan malo, de hecho, es un kama no kami, un "dios del río". Lo opuesto de equilibrio es exceso, y, como vimos con los padres atascándose de comida hasta convertirse en cerdos o con la avaricia y la riqueza expuesta en la casa de baños termales, nada bueno puede salir de eso.
Esta forma de presentar mensajes espirituales y emocionales hizo de El viaje de Chihiro la película japonesa más taquillera de la historia. Ganó premios en todo el mundo, incluyendo un Óscar, un evento al que Miyazaki decidió no asistir porque estaba en contra de la participación estadounidense en la guerra en Irak. Gracias a esta película, cientos de miles de personas que no sabían de la casa de animación conocieron las películas de Studio Ghibli. Es una película única que los fans jóvenes van a guardar para verla con sus hijos y sus nietos. El viaje de Chihiro demostró lo hermosa, conmovedora, sincera y seria que puede ser la animación; una lección que Pixar, Disney y otras casas de animación no han podido aprender 15 años después.

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